jueves, 14 de abril de 2011

PZ.27 - Trilogía Primaria: Texto Amarillo

“Puedes escucharme, te estoy hablando a ti. . .” grabé en un jacarandá, con un CD que me regalaste.

Esperando por ese hilo de oro que une nuestras miradas, me dispuse a dejarme llevar por la incertidumbre que nos hace más sinceros.

Subí a la montaña rusa que me propusiste, sin proponerme.

Levante los brazos y me deje caer al vacío. Pude sentir como el viento me maquillaba la cara de felicidad.

Estoy intentando no ceder a la tentación, pero tu sonrisa es inmensa, y sé que me comerás los ojos…

Haciendo un pan y queso en el empedrado, caminamos, esperando que la distancia sea relativa, como el tiempo, y que dure una eternidad.

Como en un traveling, el sol te sigue: iluminándote, y yo disfruto de cada brillo de tus pecas. . .mil sistemas solares en tu rostro perfecto.

Aun reflejan miedos tus ojos, cuando te digo que oigo música mientras florecen en tu cabeza infinitas flores de los alpes. . .

Sabía que caminar sobre este sendero de oro, me haría caer. . .pero, como no hacerlo?. . . .

El agua de cada dique se viste de arcoíris, y en tus anteojos de sol se desvanece la piedad.

Ojalá te “derritas” por mí, sin la necesidad de los besos en tus oídos, ojalá sea un estado sin perenne.

La princesa que vive vagando por esta ciudad susceptible, escribió en cada arquitectura ausente grafitis sobre la dicha que siento de mi suerte:


Suerte de disfrutar del silencio de tus labios mientras pensas, que el presente se equivocó otra vez. . .

Suerte de este cielo azul que me hace trampa, y se puso de acuerdo con mi destino para hacer estallar todo por el aire.

Suerte de poder ver mil nubes naranjas y amarillas dibujando nuestros nombres, mientras cada barrio de esta ciudad de fuego, se incendia de vergüenza.

Suerte de ser Irresponsables, e ir hasta donde no existía la gravedad, y pedir por la gracia divina.

Suerte de poder escuchar la elegancia de tus palabras más profanas, que bordaron en cada astilla de mi corazón, un dibujo perfecto que le habla a mis oídos.

Suerte de prometer esperarnos en el final del arco iris, dos minutos antes de morir, y ser felices para toda la vida.


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O u t t a k e : Una parte de jengibre, tres gotas de licor rojos, un grano de anís, dejar reposar 3 años. Luego consumir bien helado, en copa de cristal de murano.

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