jueves, 17 de marzo de 2011

PZ.24

Sin saber cómo hacer mini paraísos, fabricamos este inmenso mundo enano.
Nuestro mundo secreto.
Sin reglas, el cielo se puso a esperar que no mientas nunca. Mis ojos iluminados prometieron, sacarte la condena eterna.
Ciego de palabras, creí cada silaba, cada triste promesa

En nuestro mundo secreto no había vos ni yo, todo era sin piel. Una sola carne: en carne viva.
Cada día gris, era fiesta de guardar, de infinitos fuegos azules y rojos.

A pasos gigantes los edificios crecían, y el mundo se poblaba de silencios exquisitos y días inolvidables.
A pasos gigantes, nuevos cielos y nuevas tierras eran posibles, en nuestro mundo secreto.

La realidad se vuelve real, cuando nuestras ganas son eternas.
La realidad no sabe, de los mundos dentro de este mundo.
La realidad es una mierda, capaz de fagocitarse las ganas, y desnudarte la histeria.

Susurrabas fantasías, construías falsos testimonios sin pecar.
En este mundo no había pecados, no había porque castigar nada.

Los únicos mandamientos, eran: No mentir, No lastimar.
Te devoraste las tablas del monte para no dejar rastro alguno, y quebraste cada mandamiento placenteramente varias veces.
La maldad era una extraña palabra que no se había inventado en nuestro mundo secreto.

Todo te era lícito, vengadora de tu desdicha.

Nerón de mil noches, decapitaste todas mis ilusiones.

Poncio Pilatos, te lavaste las manos del destino. Sin elegir. . . elegiste. . .

Paradoja de crear mundos secretos: en este, se nos olvido inventar la resurrección.

Antes de irme, ordené el diluvio universal, y destruí el Arca de Noé.

Enterré mi camafeo que decía Adán, y arroje al océano infinito la tuya que decía Eva.

Era el séptimo día. . .
“Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo.”

Volviendo a este mundo, ese mismo domingo a la tarde, llovía. Prendí el Ipod y empezó a sonar Divididos. . .

VENGO DEL PLACARD DE OTRO

Llueve y no me beses / porque me destiño de tu boca / porque te apunto con la trompa / le erro y no me la banco / Vengo a vela con el mar del cagón / me tropiezo con mis piernas / gambeteando gente / vengo del placard de otro / Sigue lloviendo en esta esquina / pero esas sombras no se mojan / por este amor de calle abajo / volver en bondi es la que queda / Vengo a vela con el mar del cagón / me tropiezo con mis piernas / gambeteando gente / vengo del placard de otro.

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O u t t a k e : Estoy buscando el libro “Raíces del Existir” de Simone Weil, a los que sepan donde, o tienen algún dato, les agradecería me lo pasen.

O u t t a k e II: Hay cosas que me hacen bien, pero me hacen mal.

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