jueves, 23 de diciembre de 2010

PZ.23

Apágame los ojos: ver me hace un ruido gigante y pierdo el equilibrio.

Cuando me hablas y hago silencio, no estoy callándome, estoy desintegrándome con tus palabras.

Voy y vengo en el tiempo, viajo a lugares donde ir me da pánico, y volver me extravía de “mí”.

Ladrón de certezas, hay días en que tu color de ojos, me pinta un mundo mágico infinitamente amarillo.
Petrificada, me ato las manos y la lengua, “debo” llegar a “destino”, valga la paradoja.

Todavía la estación esta lejos, pero no dejo de pensar que en unos meses, voy a bajarme de este viaje descontroladamente exquisito, que hoy controlo por mi vida “ok”.

Me esperan:
Bajaré todo mi equipaje, incluso tus regalos, y me quedaré a vivir en este pueblo, según prometeré “para siempre”.
Se que andaré con tu bendición a cuestas, se que tu deseo de luz, aunque nos destroce el corazón es “de verdad”.

Vendré las tardes de Noviembre, cuando los Jacarandas estallen, y la ciudad sea yo; A visitar la estación abandonada, traeré todos los libros que me regalaste, y me quedaré hasta que oscurezca, leyendo. Leyéndote.

Cuando uno regala un libro, se sublima en las letras, esta escondida, agazapada, en cada pagina para aparecerse, y ser vista/o. Solo queremos que nos vean, deseamos ser visto para no desaparecer.

Si alguien no piensa en nosotros, no existimos, nos desvanecemos.

Y vos?

Nunca me fui de la estación donde bajaste, A donde? Para que?.
Me volví transparente, y deambularé como un fantasma por los siglos de los siglos, solo para esperar a que llegue noviembre.
Me sentaré a tu lado aunque no me veas, me perderé cada minuto viendo cada nuevo lunar, cada novedad de tu cara, de tus brazos.

Luego me pondré a leer con vos.
Perdido, me pondré a leerte los ojos, procurando descansar mi enorme ansiedad, sabiendo que sos feliz.

Planté un Tilo y un Roble, muy cerca uno del otro.
Con una aguja del reloj de la estación que no funciona y se detuvo el día que bajaste, le lastime una F al Roble, y una B al Tilo.
Sin saber porque pegado a los arboles, nació un Jacaranda, al que le borde una I.

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Claim.1: Un aguja enhebrada con dos hilos de oro.

Claim.2: Dos sogas de plata, tres corazones de rubí.

Claim.3: Doce velas de seda, un candelabro de cristal amarillo. . .

Claim.4: Miles de perlas cultivadas, una tanza de platino.

Claim.5: Cuarenta dijes de zafiro, esparcidos sobre una pana negra.

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Recomendaciones para la hora de la siesta:
Siestero de Letras: estoy leyendo Rainer Maria Rilke “El libro de las horas”, valió la pena los $129, por ser de Editorial Hiperión.

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